15/6/10

Copa Rota

La resaca le gana a la mañana y el dolor de cabeza es extraordinario, fuera de lo común. Siento al mismísimo cerebro pidiendo auxilio dentro de mi cráneo. El delineador de anoche, corrido a las anchas de mis párpados y el flequillo revoloteado, son indicios ineludibles de una mala noche. Conversaciones a la madrugada conmigo misma y con el pasado. Sospecho que la lucidez está perdiendo terreno, para de a poco, ir abriéndole cancha al error. La inspiración, lejos de nacer de la amargura, se esconde por entre las sábanas. Y me doy cuenta, que el vino tinto, tiñó definitivamente mis expectativas. Que hoy en lugar de ser verdes como la esperanza o llenas de luz como la ilusión, son moradas. Moradas como el vino tinto.

6 comentarios:

  1. A veces las expectativas, para poder subsistir, tienen que ponerse un poquito moradas.

    Un saludo.

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  2. La lucidez y la inspiración: necesarias pero no siempre compatibles. No siempre.

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  3. A veces un trago calma la sed, y el color morado hasta puede pasar desapercibido para dar el tiempo necesario. Creo yo! jaja.

    Saludos!

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  4. amanezco
    en la paz de mis paredes
    pasos de mañana entre la cama y la lluvia
    tu música suena

    el color del vino me encanta
    odio el sabor amargo
    y la inspiración llega cuando se le da la gana

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  5. wow, me gustó tanto que sólo voy a decir eso, así no vuelvo la copa cua! jaja! grosa!

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  6. (era vuelco la copa... y al final sí lo hice!)

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Y así pensas vos.