Tus ojos son la cerradura por la que te miro por dentro.
Me detengo, hago equilibrio, achino los ojos,
ajusto mi mirada.
Tus ojos sonríen y yo me distraigo, sonrío a su par.
Me
esfuerzo y me concentro y te puedo mirar a través de ellos.
Miro y veo la
llegada de la mañana.
Veo el sol que entra por debajo de mi puerta.
Veo el
movimiento.
Me acerco para ver más y mejor.
Me encandilo.
Me tomo de tus pestañas para no caerme en tu
interior.
Te sigo observando.
Todo es bello allí adentro y todo dibuja en mí un
gesto manso, un sentir profundo.
Cuanto goce; puedo reflejarme
yo, ahí, alumbrada y sonriente.