De mi rutina diaria ya no forma parte el matutino viaje en subte, como acostumbró ser hace tiempo y por muchos años. Pero sin embargo, ayer viernes, tuve un seminario en
No necesito contarles a quienes me conocen todo lo que habitó en esos escasos 25 minutos en mi cabeza. Toda la vida el subte exalto mis malos pensamientos.
El subte hace nacer en mí, unas horribles ganas de pelear y un oscuro apetito por pegarle a alguien. Despierta mi instinto asesino.
Toda esa buena chica que va por ahí, que es amorosa y sonriente, en el subte no tiene lugar.
Vieron Un día de furia? Bueno, cualquier parecido con la realidad (o con la ficción en este caso), es pura coincidencia.
2 comentarios:
Me diste miedo. Creo que entiendo.
Rincon de los Enigmas
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