17/5/13

Brillar


Sin presunciones, sin grandilocuencias, sin alardes; estoy volviendo a ir por lo luminoso, por el brillo.

Algo hizo que mi voluntad se nublara y que el opaco de mis huesos, humedeciera toda mi existencia.  Me paseaba, lenta, por mi cuadra y mi reflejo en las vidrieras era difuso.

Así  y todo, no intenté detenerme, todo lo contrario, conecte profundo con mi energía y apunté al sur. Bien al sur. Y ahí me reconocí. En mi territorio, en mi mejor estado. Siendo lo que soy: un ser de flores, plantado en un suelo fecundo, bebiendo gotas frescas y mirando hacia la luz.

Me refugia  un aire novel que entra por mi ventana; me empuja un modo propio que no me permite lo oscuro;  me obliga un día templado que, a pesar del frío invierno, me abarca con todas las ganas.

No canto más por las noches como el grillo, sino que canto amplio, por las mañanas, dejando entrar al sol en mi garganta, que brilla mientras yo trato de ser su más fiel representante en la tierra.



2/5/13

Resurrección


Y sí, al final, no pasa nada. Lo aprendí, tarde, pero lo aprendí.
Además, no paro de repetirlo, como una especie de mantra:

Al final, no pasa nada.

Toda muralla de fábula de literatura fantástica, que uno  monta en su cabeza cuando algo comienza, se puede derrumbar repentinamente.
Claro está que los ladrillos y el polvo, repletan toda la existencia en ese momento.
Pero no le demos crédito en demasía; es un soplo, un momento. Porque la vida se despliega como una sucesión de  varios instantes que se amontonan y compiten entre ellos para destacarse.

Entonces, busco mi canción de amor.
Que no es más que mirarme al espejo y ser congruente con eso que veo.

Alguien me dijo que alguna vez me describí como luminosa: pagada de mi misma que me dicen…
Pero siento que lo que debo haber querido expresar es que busco la luz.

Así es como un día, con justa sabiduría, me di cuenta de que apilando los ladrillos a un costado y sacudiéndome un tanto el polvo, todo vuelve a ser real.

Lo real, lo auténtico, lo sencillo; es lo que vale la pena.
Lo real, lo auténtico, lo sencillo; es lo que yo elijo.