No vale. No vale jugar con el amor del otro.
No vale saber que vas a decir algo y que voy a estar pendiente. No porque me arrepienta, sino porque para mí, el amor, siempre es eterno.
No se me pasa de un día para el otro. No se acaba sólo por tomar una decisión con diferente rumbo. No.
Cuando quiero mucho a alguien, es casi imposible volver atrás. Probablemente, ese amor se trasforme en otro tipo de amor, pero lo que sí es seguro es que no desaparece.
No vale. No vale que nunca me toque a mí el lugar de la protegida. No porque me guste ser la víctima (odio ese lugar), sino porque alguna vez quisiera poder experimentar el disfrute de mi pesar sin tener que estar consolando a nadie. Sin que otro sea el centro de mis preocupaciones. Innegablemente, no vale.
3 comentarios:
"No vale jugar con el amor del otro", qué fuerte....pero pareciera que a "algunos" les resulta tan trivial como vestirse. Y sin embargo como duele...
El amor, como tal, es eterno. La macana es que cuando es real y puro, es sólo (sólo!) buscar el bien del otro. En esa búsqueda se plenifica uno también. Lástima que no todos lo entiendan asi. "Lástima" que vos seas una de las pocas personas que aman pura y realmente: eso es lo que no vale.
Juan, una de las cosas que me plenifican a mí, es tenerte a vos. Es tu filosofía y tu palabra constante.
Te quieroooo!!!
Gracias siempre.
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