Tomo un sorbo de ciruela y miles de estrellitas estallan en mi boca. Flotan entre el paladar y la lengua y se amontonan, tocándose con sus puntas y rozando mis papilas gustativas.
Hay variedad, variación. Abundan gustos y formas.
Me acuesto entre mariposas y luces que titilan y me levanto a oscuras y con las ideas arrugadas.
Esta mañana soy mirada nublada y ecos en mi cabeza.
Y me temo que vuelvo a tener pensamientos, teñidos de vino tinto.
3 comentarios:
Hola: Entré a tu blog por casualidad y me pareció muy bueno. No quería salir sin decírtelo.
Aprovecho para invitarte a entrar al mío que es de literatura.
Un saludo afectuoso desde Argentina.
www.humbertodib.blogspot.com
las ideas arrugadas nunca son buenas ideas...
ideas arrugadas.... que delicadeza! sos lo más!
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