Caminando por la calle me encontré tirados unos ojos llenos de amor. Los levanté y me los llevé a casa. Conviví con ellos un tiempo. Era bella la vida vista a través de aquellos ojos. Un día comenzaron a parpadear más de lo habitual. Se enrojecieron como si una impureza hubiese entrado en ello. Traté de remediarlo con un par de anteojos que los protegieran. Luego les puse lentes para ver de lejos. Después probé con los de ver de cerca. Pero la molestia cada vez se hacía más persistente. Estaban irritados y habían perdido la perspectiva.
Una noche cualquiera, también en medio de la calle, me dejaron. Me dijeron que ya no me veían claramente. Que habían decidido mirar para otro lado. Había tráfico y la calle estaba ruidosa. En un abrir y cerrar de ojos, ellos ya no estaban.
No tardé ni un pestañeo en darme cuenta cuán falaz que es el argumento de los que dicen que ojos que no ven, corazón que no siente…
7 comentarios:
Es que los ojos no pueden vivir siempre llenos de amor. También tienen que ver otras cosas, y así es como nos dejan.
Un saludo.
uuuuy, me mataste nena. que linda forma de expresar ESTO. puffff...
es una forma muy elegante de decir ciertas cosas.
¡saludos!
me ahogue en lagrimas
los ojos que no ven, tocan para sentir...
Tenés razón woody, eso que ojos que no ven... es una mentira enorme. El corazón siempre se da cuenta.
ayyyyyy si,el corazon tiene sus sentidos independientes y receptivos....debimos ser pareja en otra vida!!!!!!
jua
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